Grupos ideológicos en Chile. Violencia sin límites.


En el último tiempo hemos sido testigos de una serie de hechos violentos que encuentran explicación en el accionar de grupos con distinción ideológica. El nivel de agresividad que se desata entre estos grupos resulta un tema muy preocupante para el Gobierno y la sociedad en general, que ve cómo día a día esta situación se incrementa y rompe con todos los esquemas permitidos. Esto atenta contra un pilar fundamental de la democracia: La tolerancia.

Los hechos de violencia ideológica ocurridos en los últimos meses llegan para reafirmar que en Chile existen grupos que se rigen bajo el principio de la discriminación. Estos grupos se definen bajo parámetros de pensamiento muy distintos a los que se manejan comúnmente en la población, es decir viven en torno a una realidad paralela, que nada tiene que ver con el sentir mayoritario de los chilenos. Es así como podemos encontrar pequeños grupos que profesan ideologías neonazis, como el fascismo y el nacional socialismo, y bajo esta lógica operan ejerciendo discriminación y violencia sobre otros grupos minoritarios de la sociedad.
Básicamente estos grupos de corte ideológico buscan “limpiar” a la sociedad, librándola de homosexuales, punk´s o comunistas. La manera de hacerlo es desatando una violencia brutal, que muchas veces termina en casos fatales.
Sobre el tema de las tribus urbanas (a las cuales pertenecen los grupos de corte ideológico), es necesario distinguir, debido a que no todos los grupos se basan en la violencia. Existen una serie organizaciones grupales que se reúnen en torno al sentido de pertenencia y sólo persiguen buscar identidad propia, tales como los hip-hop, los metaleros o los góticos. Estos grupos no ejercen violencia ni discriminación frente a la sociedad, sino que se reúnen en torno a intereses específicos y conviven en armonía con el resto de la comunidad.
El problema surge cuando existen ideologías discriminatorias que rigen a un grupo de personas. En este caso la violencia surge como método de inserción forzada de la ideología dentro de la sociedad, lo que, inevitablemente representa una actitud antidemocrática y completamente incomprensible.
El gobierno, a raíz de los últimos sucesos, ha manifestado que será implacable a la hora de combatir hechos de violencia y sobretodo si se trata de violencia basada en la discriminación. Actualmente el Congreso trabaja en una ley antidiscriminación, que permitirá penalizar actitudes de segregación y cualquier tipo de violencia que surja de ideas intolerantes que no respeten la democracia. También en esta ley se propone aumentar las penas de cárcel a quienes cometan crímenes en torno a ideologías antidemocráticas. De esta forma, se estará combatiendo eficazmente el problema de la proliferación de grupos ideológicos que atentan contra el resto de la sociedad.

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